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Escriban antes de morir

Este blog palpita anal, como un estertor, como una diarrea insigne, a la espera de las palabras definitorias del universo mortal que nos aguarda. Nuestro guía espiritual, nuestro sorete interplanetario, Claudio María Domínguez, mutará su piel por la de un alien sin tetas. Qué feroz la analogía agónica.

Omar Genovese

Comentarios

  1. El manual del corresponsal de guerra que todavía no se escribió debe reservar un párrafo para orientar al reporter en esos momentos en los que es imposible mantener la ilusión de imparcialidad y hay que tomar partido. En este momento el paciente cero de la fiebre en Buenos Aires está algo molesto porque no le sirvieron sushi. Si esta pluma estuviera de guardia periodística en las inmediaciones de la Suizo Argentina, le haría llegar con el personal de enfermería un rosario y una esquela. Estimado Paciente Cero. Dos puntos. Rece. Rece y mucho. Si muere una, tan sólo una persona en este suelo, por un pelotudo que pide sushi para la cena, lo buscaré y le vaciaré un cargador en el pecho. Rece. Rece y mucho. Por la salud de todos nosotros, que es la suya. No lo abrazo. Hasta pronto.

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El barco fantasma

Lo que parecía una broma exagerada por la intervención mediática global terminó siendo un coto de caza sin fronteras. El estado viral predomina. Qué hacer para no, qué hacer mientras tanto. El tema es el punto fijo, estar detenido, experimentar el tiempo detrás de un rectángulo de luz, desde una ventana a una pantalla, en cualquier formato. Luego llegan las comunicaciones, entre oficiales e informativas: ninguna trae certeza como el diálogo. Creo que en la biografía de Osvaldo Lamborghini de Strafacce se narra que el escritor adolescente frecuentaba los bares de Quequén / Necochea para escuchar las historias de los marineros. Lo mismo hacía Melville. Del mar llegan varios misterios, como el de las sirenas y su extraño encanto. O el de los barcos fantasma. Diego A. es uno de mis sobrinos. Hace diez días salió de Buenos Aires en vuelo hacia Australia, pero vía Estambul. Su destino es laboral: subir a un crucero de lujo de bandera británica para trabajar durante varios meses en alta mar

Nadie en el vacío

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